En un control de alcoholemia y drogas lo primero que hay que hacer es parar el vehículo, en caso contrario las consecuencias penales serán mucho más graves.
Una vez detenido el vehículo el policía debe informarnos de que se está realizando un contro, y que estamos obligados a soplar, así como a dar una muestra de saliva para el test de drogas.
La negativa a realizar las pruebas será un delito penal castigado con hasta penas de prisión y, además la retirada del permiso de circulación como mínimo un año. Todo esto se tramitará por el correspondiente juicio rápido.
Si del mismo salieras absuelto, te impondrán una multa de 1.000 € y te quitarán 6 puntos del carne.
Soplarás dos veces en el etilómetro. Entre prueba y prueba deben pasar, al menos, 10 minutos, sino, la prueba será nula. El resultado de la prueba te lo indican de inmediato. Más de 0,60 mg/l de aire espirado será delito.
Tras soplar, mediante un bastoncillo que te meten en la boca, te extraen una muestra de saliva que llevan al medidor para ver si has consumido drogas.
Si das positivo, tendrás que dar otra muestra. Esta vez, la mandan al laboratorio y la van a analizar. Allí detectan qué drogas hay en tu cuerpo.
Por supuesto, el vehículo quedará inmovilizado, salvo que otra persona puede llevárselo.
Los agentes deben darte la posibilidad de que te hagan una muestra de sangre en el centro de salud más próximo. Si das positivo, la pagarás de tu bolsillo, serán unos 120 € aproximadamente. Si das negativo te sale gratis.
El resultado del laboratorio se incorpora al atestado policial para, una vez concluido, enviarlo al juzgado de guardia correspondiente.