Al despertar tras una noche de juerga y copas, lo normal es que sientas la llamada “resaca”, el alcohol sigue estando en tu cuerpo. Dicen los expertos que hasta que no pasen doce horas tras haber consumido alcohol sus efectos siguen en nuestro cuerpo (la llamada curva de alcoholemia o curva de Widmark) aunque según la Dirección General de Tráfico, los efectos pueden durar hasta diecinueve horas tras la ingesta, no obstante existen diversas causas que hacen que esto sea posible.
La famosa curva de Widmark, nos detalla cómo nuestro organismo va asimilando el alcohol ingerido.
Dicen que solo hacen falta cinco minutos para que los efectos se reflejen en nuestro cuerpo y que comienzan a sentirse de una manera más enérgica a la media hora, mientras que transcurridos noventa minutos, dichos efectos empiezan a ser menores.
No obstante, no todas las personas asimilan el alcohol de la misma manera, ya que hay factores que determinan como nos puede afectar el alcohol, como puede ser el sexo y la complexión, la edad, etc…
Un factor muy importante es cómo se consume, no es lo mismo tomar 3 copas en una hora que tres copas en toda la noche en un plazo de 5 horas, por ejemplo, puesto que cuanto más veloz es la ingesta de alcohol más rápidamente se reflejarán sus efectos.
Por ejemplo, las bebidas calientes son absorbidas antes por nuestro cuerpo que las frías.
También está demostrado que las bebidas que se encuentran fermentadas como el vino o la cerveza se absorben en el organismo de una manera más paulatina que un whisky o un Vodka.
Del mismo, estas últimas (bebidas destiladas) si se combinan con bebidas gaseosas hacen que la absorción por nuestro organismo sea más rápida.
Asimismo, consumir alcohol y no dormir (lo que suele pasar en noches de marcha y fiesta, como son las cenas de empresa, cenas de navidad, eventos como bodas, cumpleaños, fiestas populares….) hace que tras despertar, aún se pueda dar positivo. Es muy típico el echar una “cabezadita” en el coche antes de volver a casa, pensando erróneamente que con eso se disipan los efectos del alcohol. De hecho, conducir con resaca puede ser igual de imprudente y peligroso.
Hay que tener en cuenta que la resaca produce que nuestro cuerpo se deshidrate, lo que hace que la conducción sea tan peligrosa que conducir borracho, pues la resaca produce también somnolencia y fatiga.
También es sabido que no es lo mismo beber en una copiosa comida, que beber “a secas”, lo primero hace que el alcohol vaya por la sangre de una manera mucho más pausada.
Estar acatarrado hace que los efectos del alcohol se noten antes en nuestro cuerpo.
También existen estudios que demuestran que conducir con unas copas de más hace que se conduzca de manera distraida, superando los límites de velocidad y saltándose las normas viales más elementales como son los semáforos y la señales de tráfico.
Cómo beben los españoles
En este gráfico proporcionado por el Observatorio Español de las Drogas y Toxicomanías se ve como los adultos varones entre los 45 y los 64 años son los más alcohol consumen.